miércoles, 5 de diciembre de 2007

La contradicción entre nuestro mundo y los derechos humanos

La Declaración de los Derechos Humanos supuso un gran avance social ya que al aceptar que todos los humanos tenemos los mismos derechos se salvaban, teóricamente todas las discriminaciones raciales, religiosas, nacionales o de cualquier otro tipo.
Pese a no ser un documento estrictamente político La Declaración de los Derechos Humanos estaba pensada para llevarse a cabo en el marco de la Socialdemocracia en la que todas las clases sociales debían vivir en armonía respetando siempre estos derechos que quedarían garantizados por el ordenamiento jurídico
En muchos sentidos esta declaración constituye la meta, el premio para cientos de hombres y mujeres que lucharon y murieron para lograr arrancar estos derechos a las minorías poderosas que convertían los derechos en privilegios. Hoy en día los derechos humanos siguen siendo la bandera de grupos concienciados que denuncian las injusticias y exigen el respeto de estos.
Sin embargo, más allá del optimismo cabe una reflexión o, aún más, una sospecha. Existe una gran contradicción en todos los organismos internacionales, en toda la sociedad, en todo el planeta. A la vez que se promulga una declaración de derechos que ha de ser igual para todo el mundo se pone en práctica un sistema económico (el capitalismo) que no sólo no defiende derecho alguno, salvo el de enriquecerse, sino que ataca directamente estos mismos derechos puesto que su despotismo va contra la remuneración digna, contra la sanidad, contra la educación e incluso contra el desarrollo de la vida en el sentido más elemental de la palabra. Desde 1999, cuando se producía alimento por valor del 110% de las necesidades mundiales, han muerto de hambre 30 millones de personas cada año y cerca de 1000 millones de personas están subalimentadas. Este ataque a los derechos humanos, velado en muchas ocasiones, actúa algunas veces con prepotencia (Es importante destacar que el gobierno de los EEUU no ha firmado ni ratificado el 80% de los acuerdos internacionales en materia de derechos humanos) y falsedad pues los mismos sectores que provocan las grandes desiguales existentes en el planeta se nombran a si mismos adalides de la dignidad y defensores de la democracia e interpretan la Declaración de los Derechos Humanos a su modo convirtiéndola en un arma política contra sus enemigos.
De este modo, podemos constatar que vivimos en una gran hipocresía y que los derechos humanos no son sino un elemento que todos el mundo evoca pero que nadie defiende ya que unos auténticos derechos humanos contradecirían directamente todo el sistema capitalista.
Hasta tal punto es contrario el actual sistema a los derechos humanos que algunos sectores neoliberales ven la Declaración como un elemento represivo que limita su capacidad para enriquecerse. ¿Es posible que los derechos humanos sean un elemento privativo de libertad? Depende de como entendamos la libertad. Si la libertad es el derecho a tomar cuanto se nos antoje a despecho de los más débiles, Sí.
Entendiendo entonces la gran contradicción entre el sistema liberal y los derechos humanos, podemos decir que el triunfo de la Declaración de 1948 es sólo teórico puesto que en la práctica no sólo no son un argumento contra las injusticias sociales, sino que además son el argumento demagogo que utilizan los poderosos para legitimar sus acciones. Del mismo modo que la inquisición usaba a Dios para justificar sus atrocidades.
La huella de los derechos humanos en la sociedad ha sido mucho menos profunda de los que los líderes políticos nos quieren hacer creer. La discriminación sigue existiendo igual que antes de 1948, el grueso de la población sigue contando con una pequeña parte de los recursos y las diferencias entre ricos y pobres siguen aumentando.
Los derechos humanos son el reflejo de la sociedad que los ha creado (porque se han creado, no han venido dados por un ente superior). Una sociedad políticamente correcta que ahoga la lucha, la revuelta social en un ambiente de falsa armonía y pobreza silenciada.
Es un insulto hablar del triunfo de los derechos humanos mientras siga habiendo un solo niño explotado, una sola persona esclavizada, un solo pueblo embargado.
En cuanto a la naturaleza de los derechos humanos, analizando su componente innato, es interesante poner en duda la veracidad absoluta que se les supone pues todas las ideas se han ido modificando con el paso de los tiempos, y si antes nadie dudaba de la existencia de Dios, y mucho menos la discutía, lo mismo ocurre con estos derechos humanos que para mí, más que una respuesta definitiva a las necesidades de justicia y dignidad del ser humano, representan una visión filosófica, la idea del hombre de una determinada sociedad (en este caso la liberal o capitalista). La concepción de los derechos humanos va muy ligada a la sociedad en que se vive por tanto si vivimos en una sociedad injusta es lógico pensar que los derechos humanos serán insuficientes o no se aplicarán de forma íntegra. No debemos pensar que los derechos humanos, o más bien La Declaración de 1948, suponen algo sagrado sino una base sobre la que es necesario trabajar para crear un mundo donde realmente todos tengamos los mismos derechos.

3 comentarios:

Irene dijo...

Bona reflexió, m'agrada. Ja em prepararé la resposta a la teva pregunta predilecta "i què n'opines?".



Irene

Anónimo dijo...

Un artículo increíble, de verdad. Suscribo todo al 100%. Añadiría, por intentar aportar algo, que una reflexión es esa línea sería también interesante hacerla respecto de muchos organismos mundiales que se han creado o adaptado para defender esa misma "Declaración". Hablo de la ONU. Hablo del Banco Mundial, del Fondo Monetario Internacional, de los tratados de "libre comercio"... Es innegable que esos organismos han sido creados para perpetuar la misma dominación de la que hablas tu.

Pensar en el abismo existente entre lo que debería ser la ONU (o al menos lo que se nos dice de ella) y lo que realmente es, es indignante. Me refiero a su posición ante la guerra imperalista de Irak, Guantánamo (la cárcel ilegal e inmoral y, as su vez, la ocupación ilegal que hace EEUU de territorio cubano), Afganistán (esta con apoyo explícito del consejo de seguridad). La ONU que mira hacia otro lado mientras Israel se pasa por el forro las resoluciones que la propia asamblea general aprueba anualmente. Como también anualmente se aprueba una declaración contra el embargo a Cuba.

En fin... no quería extenderme tanto...jejeje.

Salut!!

Jesús Hernández dijo...

Buena reflexión sobre la declaración de los derechos humanos. Parece increible que lo que debería ser el mínimo denominador común, el mínimo exigible, no goce de unanimidad i que no se aplique en tantos y tantos estados.